Alamandegi Taberna-jatetxea

Fuimos el domingo día 19 de mayo. Reservamos allí mismo y estuvimos jugando en el frontón cubierto, ya que llovía. También hay parque y frontón exterior junto a la iglesia que está muy bien si hace buen tiempo. Éramos 6 adultos y 8 niños de diferentes edades. Hay carta, menú para adultos y menú infantil. La verdad es que nos atendieron muy bien, las camareras muy atentas en todo momento y no tuvieron prisa en echarnos una vez terminada la comida. Estuvimos de sobremesa y se agradece que te dejen estar un rato charlando, sobre todo en un día de lluvia. Los niños comieron menú infantil y nosotros compartimos ensaladas mixtas buenísimas, fritos y un par de chuletas muy ricas con patatas, pimientos rojos y lechuga. Todo riquísimo! Volveremos!!!

He ido varias veces a Alamandegi a lo largo de mi vida: a comer, a cenar, a tomar algo después de hacer deporte, a celebrar mi cumpleaños... Nunca falla. La comida es casera y está muy buena, la verdad. Me gusta sobre todo la costilla de ternera y la chuleta. El servicio es bueno y el restaurante está muy bien ubicado.

Fuimos ayer a las 14,30h a comer algo y nos dijeron que la cocina estaba cerrada mientras veíamos cómo pasaban comida por delante de nosotros. Incomprensible

Teníamos muy buenos recuerdos de este establecimiento y por eso hemos querido repetir, pero nuestra sorpresa ha sido el estar completamente solos un sábado al mediodía, cuando normalmente era necesario reservar. La comida está buena y las raciones generosas, pero ha perdido el encanto que tenía este sitio, creo que por el cambio de dueños. No sé si les auguro un futuro exitoso.

Si lo que buscas es dejarte 30€ por comer la misma cantidad de comida pasable que de patatas fritas, este es tu sitio. Lo mejor es el parque que hay enfrente para los niños. En el menu de 22€ hay entrecot, y va la camarera y nos dice que se les han puesto malos y que los han tenido que tirar, perfecto. Pero que a cambio hay pollo de caserío, pero solo les queda. solo tres. Excelente, somos 10 adultos. Así que vamos a la carta a comer chuleta algo seca y con poco sabor y un rape que casi flota en aceite, tras esperar una eternidad a que lo hicieran en la brasa. No volvería nunca, es caro para lo regular de loa alimentos que ofrecen.